¿Cómo se lo cuento a los niños?



¿Cómo se lo cuento a los niños?

Muchas veces subestimamos el entendimiento que tienen los niños acerca de la realidad que les rodea y ante situaciones difíciles con la excusa de “no lo van a entender” o “querer protegerlos”, lo que hacemos es protegernos a nosotros mismos de la incómoda situación de tener que explicar o de mostrarnos vulnerables.


Sin embargo, esta manera de actuar expone a los pequeños a condiciones de incertidumbre que no saben gestionar. Ellos son como pequeñas esponjas sensitivas, se empapan de TODO lo que perciben, que va más allá de las meras palabras. Son especialmente buenos en detectar inflexiones de la voz, expresiones faciales, silencios, postura corporal, gestos. Y para más inri, gozan de una excelente y amplísima capacidad imaginativa, por lo que cuando no tienen información sobre lo que ocurre, resuelven sus dudas rellenando esas lagunas con distorsión o fantasía.

Ese relleno puede generar aun más ansiedad y estrés en los niños que la misma realidad. Estrés y ansiedad que no saben expresar con palabras y que transforman en: retraimiento, dificultades para dormir, problemas en la alimentación, disminución de la concentración, irritabilidad, berrinches, actos impulsivos (que en adolescentes pueden convertirse en: crisis de pánico, violencia desmedida, desprecio hacia la propia vida y la ajena, adicciones y sexo precoz)

Algunas de las realidades que nos tocan vivir y que nos puede costar tratar con los hijos son: una enfermedad grave, una muerte, un divorcio, en las cuales puede ser adecuado el apoyo de un profesional que nos asesore.

Sin embargo hay situaciones más cotidianas cuyo efecto no debemos infravalorar, por ejemplo: la crisis económica.

La crisis nos expone a los adultos a una incertidumbre que los niños no pasan por alto. Ellos se dan cuenta de los cambios repentinos en el entorno y en nuestra forma de actuar, se contagian de nuestro malestar… Ya explicamos en el artículo anterior como la crisis puede despertar en los adultos: depresión, ansiedad, rabia… (Ante situaciones desesperadas, resultan alarmantes algunos datos que revelan como la crisis aumenta el maltrato en niños, ver el estudio estadístico publicado en pediatrics)

Pero aun sin considerar desesperada nuestra situación actual, no perdamos de vista el hecho de que los niños son sensibles a los más pequeños cambios y dada su dificultad para expresar lo que sienten, a menudo lo manifiestan a través de somatizaciones. Por ello es importante estar alerta a los signos y síntomas que ya hemos comentado y seguir algunas recomendaciones

¿¿¿Cómo se lo cuento a los niños????

Con respecto a la crisis económica, algunos consejos son:
- Si es el niño quien pregunta, puede ser un indicador de que algo le inquieta, aprovecha la ocasión para hablar con él.
- Si no pregunta, piensa que es importante tratar el tema antes de que la situación se agudice. La anticipación permite afrontar mejor cualquier tipo de situación.
- IMPORTANTE Tratar de no dramatizar y hablar siempre en términos de superación
- IMPORTANTE Tener siempre en cuenta la edad del niño, utilizar un lenguaje que él entienda y unos datos que vayan acorde a su nivel de comprensión.
- IMPORTANTE Informarle de todo aquello que afecte a su vida, explicarle lo que sea necesario para que pueda continuar con su desarrollo sin interferencias
- Es normal que tras la conversación inicial, el niño vuelva a preguntar en otras ocasiones. No te alarmes, no siempre significa que no haya entendido o le falte información, sino que va elaborando dicha información.
- JUEGA con tus hijos! Nada más barato!!! El juego es una actividad primigenia y básica de todos los seres humanos. El juego es parte natural de las conductas de los niños, ellos juegan incluso en las situaciones más extremas y dolorosas.
- Una familia ensamblada y trabajando en equipo es la mejor forma de superar una crisis.

En cualquier caso, tanto si el tema es ese (la crisiseconómico) como cualquier otro, si aparecen dificultades o se agudizan los síntomas no dudes en consultar con un profesional, info@psicologar.com

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