¿Qué podemos hacer para conseguir cumplir nuestros objetivos?
El 2016 ya está aquí, un año nuevo que llega con aires de cambio, con
nuevas ilusiones y muchos proyectos nuevos. Cuando termina un año, habitualmente
hacemos balance de cómo ha sido, lo que ha significado para nosotros y si en
general ha sido un año bueno o malo. Normalmente también hacemos una lista de buenos
propósitos que queremos conseguir ese año que entra, los más típicos son: dejar
de fumar, perder algunos kilos, aprender algún idioma, hacer más ejercicio
físico, etc.
Lo que suele ocurrir es que comenzamos con energía y entusiasmo por
conseguirlos, pero algunos de ellos se abandonan y no consiguen pasar de enero
y surge así en muchas personas la frustración y sensación de fracaso.
¿Qué podemos hacer para conseguir cumplir nuestros objetivos? Nuestras
metas tienen que ser viables, realistas y
concretas.
En primer lugar, con viable nos referimos a que no sea algo inalcanzable
y que el conseguirlo o no dependa de nosotros mismos, de nuestro propio
esfuerzo. Hay objetivos que estar en manos de otros, ya sea total o en parte,
de otras personas; en ese caso debemos centrarnos en la parte que nos
corresponde y en lo que podemos mejorar nosotros. Por ejemplo, “encontrar
trabajo” no está 100% en nuestra mano; por eso un objetivo más viable sería
“movilizarme y hacer todo lo posible para encontrar trabajo en mi ciudad”, o
“enviar 20 currículums al mes”.
No son buenos objetivos tampoco los que dependen totalmente de otra
persona, o del azar, como “que me toque la lotería” o “conocer al hombre de mi
vida”, ya que no depende de nosotros.
El objetivo también tiene que ser realista, posible; porque si nos
planteamos objetivos claramente inalcanzables sólo conseguiremos sentirnos
peor. “Ahorrar 100.000 euros” seguramente no sea un objetivo realista, mejor
sería plantearse “ahorrar 100 euros al mes”. Ponerse objetivos demasiado exigentes
es motivo de abandono y empeora la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Y por último, los objetivos además deben ser concretos. Por ejemplo, el
propósito “llevar una vida sana” es demasiado ambiguo, mejor sería poner “andar
1 hora diaria”. Debemos concretar qué queremos conseguir exactamente,
planificar los pasos para llevarlo a cabo y esforzarnos por conseguirlo.
No nos podemos olvidar de lo importante que es tener motivación para
conseguir nuestras metas. Estar motivado no significa tener ganas (aunque éstas
también son muy importantes), sino tener motivos. ¡No olvides los tuyos, te
serán de gran ayuda en los momentos de frustración!
Si tus metas son más a largo plazo, mejor plantéate pequeños objetivos a
corto plazo para que no decaiga la motivación e ir viendo resultados poco a
poco.
Por último, recuerda que, sea cual sea tu propósito, no hay ninguno que
se consiga solo, todos van a necesitar de tu esfuerzo. ¡Tú puedes!
Deseamos desde Psicologar que este 2016 se cumplan todos vuestros
propósitos, y que no decaigáis en el empeño de conseguirlos, ¡tenéis 366 días!
Esperamos que para todos sea un año buenísimo, lleno de cosas para
recordar y sonreír al hacerlo; con muchos ratitos de felicidad y poder
compartirlos con los que más queréis.
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